AQUEL MIRLO
¿Qué habrá sido de aquel mirlo
que cantaba la primavera pasada
cuando esperábamos el tren
en la estación de Dovlici?
Pero, ¿puede un poema sobre el mirlo
sustituir el canto del mirlo?
¿Puede?
Lo dudo.
Izet Sarajlic (1930-2002)
No sé qué me pasa con estas fotos, que me lleva a pasar una y otra vez a observarlas. Me atrapa. Una extraña mezcla de sensaciones, como si las imágenes se abrieran y me situaran al borde.
No son las fotos, son las cornejas, que atrapan, subyugan, seducen y enloquecen. Nunca olvidaré la tarde que hice estas fotos; creo, he captado apenas toda esa danza, ese cielo minado por alas y graznidos. Alucinante, estuve más de una hora al acecho. Me alegra que captes esa energía, yo también me situé en el borde.
No sé qué me pasa con estas fotos, que me lleva a pasar una y otra vez a observarlas. Me atrapa. Una extraña mezcla de sensaciones, como si las imágenes se abrieran y me situaran al borde.
ResponderEliminarNo son las fotos, son las cornejas, que atrapan, subyugan, seducen y enloquecen.
ResponderEliminarNunca olvidaré la tarde que hice estas fotos; creo, he captado apenas toda esa danza, ese cielo minado por alas y graznidos. Alucinante, estuve más de una hora al acecho.
Me alegra que captes esa energía, yo también me situé en el borde.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarRoberto Espinosa4 de abril de 2025, 13:34
ResponderEliminarLa danza de tu sensibilidad se trepa al vuelo de las cornejas.
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Muchas gracias, apreciado Roberto, en ese instante inolvidable, las cornejas y yo, danzamos, sí!
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