AQUEL MIRLO
¿Qué habrá sido de aquel mirlo
que cantaba la primavera pasada
cuando esperábamos el tren
en la estación de Dovlici?
Pero, ¿puede un poema sobre el mirlo
sustituir el canto del mirlo?
¿Puede?
Lo dudo.
Izet Sarajlic (1930-2002)
Parece ser que hay muchas otras alternativas, muchas otras rutas adonde ir, a cual más trillada. Desde que te fuiste, te amoldaste y contaste acerca de Sarajevo no he dejado de pensar en esa ciudad lenta que me contabas. Ahora la rescatas. Puede que tenga razón Pessoa y que el error que arrastramos es tan real como exponencial. Siguen fascinándonos las texturas, las ondulaciones del agua.
Dice el gran Izet Sarajlic en su inmenso y doloroso poema "Sarajevo": Nosotros la maldecimos, blasfemamos, conscientes de que nunca podrá convertir el río Miljacka en el Guadalquivir o en el Sena; y es verdad el Miljacka es un pequeño río que cruza toda la ciudad de Sarajevo como una herida profunda, una herida luminosa y plagada de cornejas, mirlos y patos salvajes que alegran las tardes y las mañanas. Nadie que ha pisado Sarajevo puede dejar de pensar en ella, tampoco aquel al que le han contado sus historias...siempre vuelve una y otra vez como un eterno retorno. Desamoldada, estoy.
Parece ser que hay muchas otras alternativas, muchas otras rutas adonde ir, a cual más trillada.
ResponderEliminarDesde que te fuiste, te amoldaste y contaste acerca de Sarajevo no he dejado de pensar en esa ciudad lenta que me contabas. Ahora la rescatas.
Puede que tenga razón Pessoa y que el error que arrastramos es tan real como exponencial.
Siguen fascinándonos las texturas, las ondulaciones del agua.
A la espera de más entregas.
Un beso, Negra.
Dice el gran Izet Sarajlic en su inmenso y doloroso poema "Sarajevo": Nosotros la maldecimos, blasfemamos, conscientes de que nunca podrá convertir el río Miljacka en el Guadalquivir o en el Sena; y es verdad el Miljacka es un pequeño río que cruza toda la ciudad de Sarajevo como una herida profunda, una herida luminosa y plagada de cornejas, mirlos y patos salvajes que alegran las tardes y las mañanas. Nadie que ha pisado Sarajevo puede dejar de pensar en ella, tampoco aquel al que le han contado sus historias...siempre vuelve una y otra vez como un eterno retorno.
ResponderEliminarDesamoldada, estoy.
Un beso, Tempero.