AQUEL MIRLO ¿Qué habrá sido de aquel mirlo que cantaba la primavera pasada cuando esperábamos el tren en la estación de Dovlici? Pero, ¿puede un poema sobre el mirlo sustituir el canto del mirlo? ¿Puede? Lo dudo. Izet Sarajlic (1930-2002)
lunes, 5 de octubre de 2015
El blanco rumor de Sarajevo
Nuestros encuentros de amor en el León
Qué hermosa vejez pudimos haber tenido
Tú y yo
Sin toda esta locura nacionalista eslavo meridional.
Y en cambio,
Después de todo sólo nos han quedado
Estos encuentros de amor tristes
En el cementerio del León.
Ahora quiero decirte
Que por momentos logro ser feliz
En medio de esta infelicidad
Cuando en el cementerio me sorprende la lluvia.
Cuánto me gusta empaparme junto a ti.
Izet Sarajlic
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QUE NO HAY GENTE, QUE NO VIVE NADIE
ResponderEliminar.
Que no hay gente, que no vive nadie
Todas esas casas bañadas de blanco y no vive nadie
Esos techos a dos aguas cubiertos de pieles
Esos árboles esqueléticos, esas tumbas de mármoles
Los parques secos, el aire gélido
Los ojos del que mira y se parte al medio
De un lado la voz, del otro ausencia
.
Que no hay gente, que no vive nadie
Mejor nos callamos, hacemos silencio
.
.
Alejandro Gil
5 de octubre 2015
tucumán
Qué buena idea: aprovechar la estancia para empaparse y catalizar lo que ves. Sigue la senda. Un abrazo.
ResponderEliminarEstimados amigos: Muchas gracias por vuestros comentarios, a ti, Alejandro, por estos versos blancos que te han inspirado estas imágenes no menos blancas y silenciosas, porque si algo existe en esta ciudad y parte de la tierra, es el silencio conmovedor del invierno. Frackel; efectivamente hacía meses me rondaba la idea de publicar todo este material, que es abundante y sin desperdicios, una manera de retratar y dar testimonio de la belleza y no del horror y la tristeza que producen siempre las guerras. Sarajevo y toda esta zona se lo merecen, la nobleza de sus gentes, la hermosura de la naturaleza y el paisaje, sus animales y pájaros, y todo aquello que atrape mi curiosa mirada.
ResponderEliminarAbrazos cordiales.
Cuánto me gusta empaparme junto a ti.
ResponderEliminarQué bello este verso-frase cuando realmente está activa en uno.
El mundo de la fotografía desde luego que está degenerando hoy día una barbaridad con las nuevas tecnologías. Pero Negra, Sarajevo te ha devuelto un ojo insigne que ahora nos trasladas en todas esas fotografías íntimas y abisales de Sarajevo.
Me quedo con la de esa arboleda abigarrada y nevada. ¿Me la mandás en un archivo? Me hace recordar aquel beso en aquella arboleda de la película de Tarkovsky, La infancia de Iván.
Un beso.
Esa arboleda abigarrada y nevada, me prendó a mí también ni bien la vi, querido Tempero. La mañana era fría y cerrada. Los árboles se erigían cual fantasmas recortando el blanco paisaje. Pero, no creo que sean abedules, como los que muestra Tarkovsky en esa película conmovedora, La Infancia de Iván. Tendría que volver al lugar e investigar a qué especie pertenecen.
ResponderEliminarEs imposible no desarrollar una mirada y ojo insigne en estas tierras tan hermosas, hacía años que no tomaba contacto de esta forma con la naturaleza, y esa conmoción se nota a la hora de mirar, registrar y sorprenderse.
Con gusto te enviaré el archivo de esa fotografía, hice varias tomas, ya las verás.
Gracias por tu comentario.
Besos y abrazos
Son las 7:29 ahora.
ResponderEliminarYa las 7:30. Hora de "fichar" en el trabajo. Pero hoy es sábado y vengo a "fichar" en una tarea que llevo pendiente varios días. Como tú dices...no me da el cuero a pesar de estar agradecida. Porque yo lo que estoy sobre todo es agradecida. Me siento así cuando algo o alguien me reconcilia con la vida misma. Este blog es una reconciliación en la que se aúnan algunos elementos que parecen llamados a desaparecer: la mirada atenta y curiosa y la dedicación al trabajo bien hecho. Por si esto fuese poco el que se refleje en un blog es otro acto añadido de reconciliación. Y para mí importante, porque cada día más es ir contracorriente navegar por el mundo de la blogosfera, que se hace más y más pequeño frente a la invasión de la prisa y la brevedad.
...Y por comentar algo de las fotografías de esta serie en concreto...me quedo con esos perros atravesados de ramas, uno de ellos mira a la cámara. Es representativa para mí la imagen de los perros porque fue algo que te llamó muchísimo la atención cuando estabas recién aterrizada en Sarajevo. Y recuerdo perfectamente aquella serie de perros callejeros. Éstos no son aquéllos...o sí. Pero las fotografías (éstas) reflejan a la perfección la evolución de tu mirada (y de tu técnica también) en estos años paseando a diario por sus calles, por sus bosques, mirando a un lado y otro del cristal.
Un abrazo
Muchas gracias, una vez más, Carmen, por tu emoción a la hora de juzgar mi trabajo. Reconforta, estimula, e invita a seguir siempre, recibir esa atención arropada de palabras.
ResponderEliminarEfectivamente, estos perros, aunque callejeros, no son los que tú recuerdas. Esos pertenecen a una manada que vive en el centro de la Stari Grad, son de color negro y también los hay de un marrón muy oscuro. Al estar en contacto permanente con la gente son afectuosos y se dejan querer.
Los perros de estas dos fotografías, son un poco más salvajes, habitan un viejo palacete abandonado y bastante deteriorado que está en la punta de una pequeña montaña.
Su actitud es muy guerrera, custodian los muros que rodean al palacete de manera vigilante y sin permitirte acercarte.
Y tanto, que al verme con la cámara, se bajaron corriendo a desafiarme. Te confieso que me dieron un poco de miedo, temí por momentos que me mordieran. Felizmente todo quedó en protesta, en afirmar con contundencia, "no me saques fotos".
En Sarajevo y muchas ciudades de Bosnia y Herzegovina los perros callejeros pueblan las calles, hay una ley de la época de la guerra que obliga a cuidarlos y protegerlos, no se los puede matar ni apresar, al morir sus dueños los perros comenzaron a deambular por las ciudades destruidas.
En el mismo Sarajevo los censos de ONG revelan más de 20mil perros callejeros. Así que forman parte del paisaje y la identidad de esta bella y misteriosa ciudad.
Personalmente me conmueven y llenan de fascinación. Los perros a pesar de estar en la calle están cuidados y bien alimentados, prácticamente sin enfermedades, los vacunan y llevan un dispositivo que los identifica en las orejas.
Un abrazo fuerte!